viernes, 25 de marzo de 2011

TEXTO 10: MANIFIESTO DE LA JUNTA DEMOCRÁTICA

La Junta Democrática propugna:

1.- La formación de un Gobierno provisional que sustituya al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de dieciocho años, su plena ciudadanía mediante el reconocimiento legal de todas las libertades, derechos y deberes democráticos.

2.- La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política, y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas o sindicales.

3.- La legalización de los partidos políticos sin exclusiones.

4.- La libertad sindical y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.

5.- Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.

6.- La libertad de prensa, de radio, de opinión y de información objetiva en los medios estatales de comunicación social, especialmente en la televisión.

7.- La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.

8.- La neutralidad política y la profesionalidad, exclusivamente militar para la defensa exterior de las fuerzas armadas.

9.- El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la responsabilidad política de los pueblos catalán, vasco, gallego y de las comunidades regionales que lo decidan democráticamente.

10.- La separación de la Iglesia y el Estado.

11.- La celebración de una consulta popular[....] con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado.

12.- La integración de España en las Comunidades Europeas, el respeto a los acuerdos internacionales, y el reconocimiento del principio de la coexistencia pacífica internacional.

El texto, de tema político, objeto de comentario es el Manifiesto que la Junta Democrática aprobó en Paris (1974). Agrupaba a una parte de las organizaciones políticas de oposición democrática al franquismo (monárquicos juanistas, PCE, PSP,…).Los reunidos fijan un programa político para llevar al país a un régimen democrático en un plazo de tiempo muy corto.

En ese momento, existe un estado de crisis general en todo el país debido a la previsión de la muerte de Franco en un periodo de tiempo muy breve y también por el golpe hacia Carrero Blanco, en ese momento Presidente del Gobierno, a manos del terrorismo vasco, más concretamente a manos de ETA, en 1973. Tanto el terrorismo como la situación económica empeoraron, ésta última como consecuencia de la crisis del Petróleo. Por otro lado, Arias Navarro no fue capaz de superar las contradicciones internas entre los franquistas (aperturistas, reformistas,…).

Mientras que el franquismo se iba debilitando se fortalecía la oposición. La organización más fuerte era el PCE. España se fue distanciando de la línea ortodoxia de la URSS y se mostró más cercana al eurocomunismo. También se promovió la reconciliación entre los españoles y la superación de la división nacional de la Guerra Civil y el franquismo. Santiago Carrillo, líder del PCE, impulsó, junto a Calvo Serer, juanista y miembro del Opus Dei, la creación de la Junta Democrática. El PSOE no se quiso unir entonces a la Junta Democrática y formó, posteriormente, la Plataforma de Convergencia Democrática. En el Congreso de Suresnes, Felipe González es elegido secretario general. El PCE y el PSOE compartían el rechazo inicial a un planteamiento de transición democrática basada en la reforma franquista, que era la vía que apoyaron los reformistas del franquismo, sobretodo cuando muere Franco. Tras la muerte del dictador, el país se dividió en tres grandes grupos (franquistas, aperturistas y reformistas). Los reformistas pretendían llevar al país a una democracia. La Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática querían hallar la democracia mediante una ruptura, semejante a la que aconteció en la Revolución de los Claveles en Portugal (1974).

La Junta Democrática, cuyos seguidores en el interior de España actuaban desde la clandestinidad, intentaba dar respuesta a las necesidades de cambio democrático del país. Ante la situación social y política del país de aquel momento, planteaba un programa propio:

En los puntos 1 y 11, la Junta Democrática defendía por la ruptura como camino hacia la democracia. Un gobierno provisional convocaría elecciones parlamentarias constituyentes con el objetivo de que el nuevo parlamento elabore y apruebe una constitución. De éste modo, se recuperaría la soberanía popular perdida tras la Guerra Civil. La Junta Democrática también prevé la convocatoria de un referéndum para que los españoles decidiesen qué forma de gobierno deseaban (monarquía o república). La propuesta de referéndum se hace porque los juanistas y los comunistas tenían una profunda contradicción sobre éste tema y se optó por una solución democrática. En ese momento la continuidad del franquismo se confiaba en la monarquía del 18 de julio, con la designación de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco como Jefe de Estado. Lo que finalmente se produce en la Transición fue la llegada de la democracia a través de la reforma del régimen, no de la ruptura. Eso sí, lógicamente habrá reconocimiento de soberanía popular y la Constitución Española de 1978 fija como forma de gobierno la monarquía parlamentaria, con Juan Carlos I como Jefe de Estado.

En el punto 3, la Junta Democrática solicita la legalización de todos los partidos políticos, efectuando así el pluralismo, una propuesta totalmente contraria a la situación que España estaba viviendo en ese momento, sometida solamente al partido de Franco, el único partido legal hasta el momento. Posteriormente, en la Transición, se aprueba la petición de la Junta Democrática aunque la legalización del PCE se enfrenta a ciertas complicaciones.

Además, la Junta Democrática, en el punto 7, cree oportuno pedir la implantación de una Unidad jurisdiccional, en vez de tribunales especiales, como había en el régimen franquista. En la Constitución de 1978 se aprueba la presencia de la unidad jurisdiccional aunque seguiría existiendo un tribunal especial y además se justifica la presencia de la audiencia Nacional (terrorismo, narcotráfico,…)

Por otro lado, también se solicita, en el punto 9, el reconocimiento de las autonomías. Según la Junta Democrática, se debe reconocer la existencia de nacionalidades y regiones, basándose en la unidad del Estado. Esta petición se hará de forma moderada, ya que el partido comunista era partidario de la implantación de un Estado federal. Esta propuesta se enfrenta a un contexto donde está vigente un Estado unitario centralizado, basado en una sola nación. Ante ésta propuesta, en la Transición se implanta un Estado autonómico, es decir, un Estado descentralizado políticamente que reconoce la existencia de nacionalidades y regiones.

En lo que se refiere a la relación Iglesia-Estado, punto 10, la Junta Democrática solicita la implantación de un estado aconfesional o laico frente al confesional católico, propio del régimen franquista. Ante esta propuesta, el la Constitución se recoge que el Estado español será aconfesional, con colaboraciones.

En lo que se refiere al papel del ejército, que participaba en el gobierno franquista y que, obviamente, apoyaba la continuación del régimen, excepto la Unión Militar Democrática. La Junta Democrática declara en el apartado 8, que el ejército deberá ser despolitizado, independiente y profesionalizado. En la Transición se acepta la petición de la Junta Democrática y el ejército queda, únicamente, relegado a intervenir para defender el Estado.

Por otro lado, eran numerosos los presos políticos encarcelados y los dirigentes que se encontraban en la clandestinidad, estos últimos en menor medida, siendo victimas de la fuerte represión que caracterizó al franquismo. Ante ésta situación la Junta Democrática solicita, en el apartado 3, la amnistía, es decir, el perdón. Finalmente, en la Transición se declara una amnistía total, pero aunque esto complacía la petición de la Junta Democrática, también englobaba a la ETA, que poco después volvió a realizar actos terroristas.

En cuanto al papel de los sindicatos, en el que se hace referencia en el punto 4, la Junta Democrática solicita que exista una libertad sindical, ya que en el régimen sólo existían los sindicatos verticales y los demás eran clandestinos y perseguidos, al igual que la devolución del patrimonio incautado en la Guerra Civil. En la Constitución se acepta la libertad sindical y, por otro lado, se devolvió el patrimonio, aunque se benefició CCOO, porque se la reconocía como heredera del esfuerzo anterior.

En el régimen estaban prohibidas todo tipo de manifestaciones de oposición (huelgas, reuniones,…), por lo que la Junta Democrática solicita que se le conceda al pueblo la libertad de huelga, reunión,…. En la Constitución se reconocen éstos derechos y, además, los garantiza.

En la dictadura franquista la libertad de prensa no existía, aunque tampoco había censura (Ley de Prensa), aunque tan sólo existía en ese momento una única Radio y un único canal de televisión, ambos bajo el control del régimen. La Junta Democrática solicita, en el punto 6, la libertad de prensa y, ya en la Transición, se reflejó en la Constitución que existiría la libertad de prensa.

Por último, las relaciones internacionales no cumplieron todos los objetivos del régimen ya que no consiguió entrar en la CEE, y también las relaciones eran débiles, aunque sí es cierto que España estaba muy vinculada a EEUU. La Junta Democrática solicita mejoras para poder entrar en la CEE, además de una coexistencia pacífica, mediante la neutralidad y, además, que se desvinculara de EEUU. En la Transición se consigue entrar en la CEE, aunque también siguió muy vinculada a EEUU.

La Junta democrática tuvo una gran importancia, como figura de oposición al régimen. En los primeros meses de la monarquía de Juan Carlos I, se logró unir a la Junta Democrática y a la Plataforma de Convergencia Democrática (Platajunta) y forzar cambios en el plan de reforma del régimen hacia la democracia, iniciado por Adolfo Suárez, Presidente del Gobierno, en 1976 y que concluyó en 1977, con la celebración de las primeras elecciones generales democráticas desde 1936.

La ruptura promovida por la Junta Democrática hubiese sido posible pero no hubiese sido pacífica. Por paralelismo político podemos comparar los casos de Portugal y España. La Revolución de los Claveles en Portugal (1974) triunfó básicamente por tres factores: impopularidad de las guerras coloniales portuguesas, subdesarrollo económico y existencias de un grupo de oficiales en el ejército de ideología democrática y progresista, mientras que, por el contrario, la Unión Militar Democrática española era minoritaria. Ninguno de estos factores se dio en España, por lo que la pretensión de lograr una revolución de carácter similar podría resultar bastante poco realista..

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